Hay lugares en el mundo dónde hay vacaciones de verano.
Cuentan de noches que no llegan a ser verdaderamente noches y de fogones.
Aguas no tan fríos y sandías.
Islas y playas aisladas.
Sentirse cerca de ese lugar por más que haya millas, kilómetros y mundiales en el medio.
Algunos se rapan el pelo por haber perdido apuestas.
Otros ganaron dinero.
De algunos salieron lágrimas.
Como la de la panadería.
Señoras mayores dicen hicimos lo que pudimos.
Volviendo a sus casas en niebla.
Y Agustín fregando su vajilla por nervios.
Quedaron impecables.
Pero por más silencio que haya, parece que estamos bien.
Hay cervezas sobre las mesas.
Hay relleno para las empanadas que van a salir dentro de una hora.
Eso de remar. Nuevamente.
Que aquí no pasó nada.
Es un nuevo minuto, una nueva hora y mañana va a ser un nuevo día.
Un musculo que no se cansa.
Que aveces nos olvidamos de.
Yo trato de acordarme de caras.
O mejor, volver a encontrarme con.
Volver a saludar.
Pero no los encuentro.
No aparecen.
Tal vez soy yo la que no figura.
Ni en los papeles.
Tal vez estoy más en las soplas de los vientos.
En las neblinas y en las hojas que barro de mi patio.
Suaves, húmedas y calladas.
Pasan por percibido.
Aunque veo sus colores fuertes y siento su peso de importancia en las bolsa de residuos.
Están allí.
Estamos allí.
Cuentan de noches que no llegan a ser verdaderamente noches y de fogones.
Aguas no tan fríos y sandías.
Islas y playas aisladas.
Sentirse cerca de ese lugar por más que haya millas, kilómetros y mundiales en el medio.
Algunos se rapan el pelo por haber perdido apuestas.
Otros ganaron dinero.
De algunos salieron lágrimas.
Como la de la panadería.
Señoras mayores dicen hicimos lo que pudimos.
Volviendo a sus casas en niebla.
Y Agustín fregando su vajilla por nervios.
Quedaron impecables.
Pero por más silencio que haya, parece que estamos bien.
Hay cervezas sobre las mesas.
Hay relleno para las empanadas que van a salir dentro de una hora.
Eso de remar. Nuevamente.
Que aquí no pasó nada.
Es un nuevo minuto, una nueva hora y mañana va a ser un nuevo día.
Un musculo que no se cansa.
Que aveces nos olvidamos de.
Yo trato de acordarme de caras.
O mejor, volver a encontrarme con.
Volver a saludar.
Pero no los encuentro.
No aparecen.
Tal vez soy yo la que no figura.
Ni en los papeles.
Tal vez estoy más en las soplas de los vientos.
En las neblinas y en las hojas que barro de mi patio.
Suaves, húmedas y calladas.
Pasan por percibido.
Aunque veo sus colores fuertes y siento su peso de importancia en las bolsa de residuos.
Están allí.
Estamos allí.
No comments:
Post a Comment