Monday, 22 September 2014

Encima del placard estaba la hoja que no encontraba

Escuchar a Mikael Wiehe es volver a la infancia.
Es estar en Tygelsjö y que es verano.
Es de noche pero es de día porque el sol insiste en quedarse, como un invitado que se siente a gusto.
Es el pasto fresco y olor al vecindario haciendo asado.
Es ese pan crocante por afuera y suave adentro.

Es madre bronceada.
Los shorts ochentosos de padre.
Son los juguetes que quedaron en el jardín y que ahora están un poco húmedos.

Es la idea de que mañana no existe.

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