Escuchar a Mikael Wiehe es volver a la infancia.
Es estar en Tygelsjö y que es verano.
Es de noche pero es de día porque el sol insiste en quedarse, como un invitado que se siente a gusto.
Es el pasto fresco y olor al vecindario haciendo asado.
Es ese pan crocante por afuera y suave adentro.
Es madre bronceada.
Los shorts ochentosos de padre.
Son los juguetes que quedaron en el jardín y que ahora están un poco húmedos.
Es la idea de que mañana no existe.
Es estar en Tygelsjö y que es verano.
Es de noche pero es de día porque el sol insiste en quedarse, como un invitado que se siente a gusto.
Es el pasto fresco y olor al vecindario haciendo asado.
Es ese pan crocante por afuera y suave adentro.
Es madre bronceada.
Los shorts ochentosos de padre.
Son los juguetes que quedaron en el jardín y que ahora están un poco húmedos.
Es la idea de que mañana no existe.
No comments:
Post a Comment