La carta que sacó había sido de las buenas.
Algo de que que iba a traer suerte y pedasos de fortunas.
Después en clase era ella la soñadora.
La menos descriptiva.
La más abstracta.
Doce horas más tarde era verdad que olía a ciudad y a humana.
Húmedad, asfalto y gasolina.
Le gustaba un poco.
Era la prueba de haber estado allí.
Pero también mostraba la falta.
Cada vez falta más.
Y es ahora que estamos cerca de cambiar la capa finita por la gruesa que se despiertan los grillos.
Algo de que que iba a traer suerte y pedasos de fortunas.
Después en clase era ella la soñadora.
La menos descriptiva.
La más abstracta.
Doce horas más tarde era verdad que olía a ciudad y a humana.
Húmedad, asfalto y gasolina.
Le gustaba un poco.
Era la prueba de haber estado allí.
Pero también mostraba la falta.
Cada vez falta más.
Y es ahora que estamos cerca de cambiar la capa finita por la gruesa que se despiertan los grillos.
No comments:
Post a Comment