Monday, 29 February 2016

Polaroid

Lala se fué dejando una lluvía de verano caér atrás de sí.
Tardaría todo el día en darse cuenta de su ida.
Para después dejar que caigan esas gotas suaves y lindas del cielo.
Mojando los árboles, es asfalto y los pies.
Una despedida y bienvenida a la vez.

Eres el último día de febrero.
Místico.
Alegre y triste.
Los chicos con sus peinados prolijitos y los guardapolvos recién planchados por madres con sueños en los ojos llendo a las escuelas.

Lunes y hoy arrancó el taller de escritura.
A la que que no iba a participar esta vez.
A la que Jens me convenció rápidamente de que si.
Y a la que hoy me dí cuenta fué mucho más importante de lo que me había parecido.

Esta vez sin Nadia, pero con otras dos personas que voy a aprender de.
Llevar cosas a.
Asombrarme de.
Y Pertti.
Querido Pertti.
No sabes de tu importancia.
Tu impacto en.

Eran las uvas, las dos y las tres.
La idea del otro año que ahora que dejando va formando.

Después el After Office y la segunda sorpresa en cuatro días.
O la tercera en siete.
Entre los pochoclos y el pan danes apareció Pipi.
Como un cometa entró con su vestimenta de siempre.
De mi niñes en Ransjöstrand.
De la cocina con cuadrados de blanco y azúl y la madera negra.

Lo más lejano pareciendo algo tán natural.
O lógico.
Como los grillos que siguen soñando, sonando.
Atravéz de las gotas.

Días para seguir flotando en.
Como la meditación en la orilla con su voz suave.

Miel para el alma.



Saturday, 27 February 2016

Tuesday, 23 February 2016

Monday, 22 February 2016

Tirarán de mí y descubrirán que soy elástica, canta ella

Encontrar cosas equivocadamente.
Buscando otras.
Los tesoros se esconden allí.
En bolsillos de mochilas que no usaste en años.
En latas que no abriste en meses.
En páginas de personas que te imaginaste que eran.

Retomé la reserva.
Una mañana temprana y sin lavarme los dientes.
Alli estaban los domingueros que no pueden dormir.
Los biciclistas supersportmountainbike que deja humo de tierra y hacen volar las piedras.
Los que corren con el torso desnudo.
El río.
El sol.
El viento y yo.

Algo solté.
O volví a encontrar.
No se bien.
Es lo mismo.

Después pude empezar bien.
El día y la mañana.
El café.
La ducha fría.

Empezar a vaciar el armario y dejar los cajones del escritorio livianos para el viaje.
Llenar las cajas de vino que me regaló el Chino y apilarlas abajo de la mesa de planchar que dejó Lala antes de su viaje y que ahora va a encontrar su nuevo lugar.

Pasaron las horas entre el desorden por orden.
Y cuando el sol ya pasó por el departamento, dejandome nuevamente conocer sus distintos intensidades de luz, pintando los paredes y los muebles de esos colores, me dí cuenta de que la casa dejó de ser lo que era.
Algo de ella se fué con el atardecer y ahora entró en tránsit.
En espera.

Mucho más tarde, volviendo de Sorrento con Kubrick y menta granizada, me dí cuenta que yo, LA sensible con las despedidas, no había llorado ni una lágrima en esta despedida.

Tal vez por su forma de irse.
Tan natural.
Tan silenciosamente.
Tan discretamente.
Y yo, sin darme cuenta, fuí parte de su irse.



Sunday, 21 February 2016

Saturday, 20 February 2016

Chilly Gonzales

El humo y el aroma de la bondiola tomando su forma sube y me lleva a cruzar el mar imaginario.
La que cruzo constantemente.
Me lleva a la casa con jardín en Tygelsjö.
Es una noche de verano y papá esta haciendo asado mientras que nosotras jugamos en el pasto.
Somos niñas y el ahora queda lejos.

Y el lejos después es el ahora.
Con el mismo aroma.
El mismo verano, la misma luz.
Es el contorno nomás.
Lo que cambió.

Thursday, 18 February 2016

Hielo, lluvía y febrero

Después de abrazarte fuerte, vos que no puedes decir las cosas como son, pero no por maldad.
Simplemente no puedes.
Llega la tormenta.
La que siempre llega después de las tensiones y las no se puede decir.
Entonces te abrazo a ti y a la tormentas.
Las tuyas.
Las mías.

El la sacó a bailar en inglés.
Mientras el otro asombradamente, orgullosamente sacó las fotos.
Yo, la espectadora.
La disfrutadora.
Gozadora.

Hacía mucho que no iba.
Esta noche me di cuenta del porque y el porque.
El amor y las sombras.
Las sombras y el brillo al fondo.

El mozo mala onda que me puede.
Que me dice las cosas como son, sin filtro.
Que me choca un poco a la vez que me puede.
Porque quiero ser como el.
Por eso me caé bien y al final nos entendemos.

Volvamos a lo mismo.
Como el mi no deber juzgar.
Ellos eran un amor al final.
Después de mi mala juicio.

Y el traspirar, pero sin verguenzas.
Porque al final de todo es puro sal.
Amor y verdad.
Ganas, paz y sonrisa.

Es eso que quiero guardar en las cajas de vino del chino entre los libros, los recuerdos y los porques.

Valizas el día siguiente, Punta del Diablo y la cena con Yolanda y Osvaldo