Friday, 28 March 2014

Thursday, 20 March 2014

Ella, la valiente que cumple años


Mi querida Anita,

Una torta de cumpleaños con tus velas.
Un globo rojo.
Otro verde.
Un regalo lleno de abrazos.

Sobre todo eso.
Un ratito juntas.
Eso sería mi regalo.

Feliz feliz feliz,
tu cumpleaños

Wednesday, 19 March 2014

Tu otra naranja

Es una picadura que parece más la de una araña que un mosquito.
Los cienes o por lo menos 43 arañas que deben habitar mi cuarto, la casa.
Esta casa.
Que todos habitamos, de una manera o otra.
De a ratos, momentos y más tiempos.
Menos tiempos.

Otros signos y señales de otros tiempos y un verano de a poquito quedando atrás, es la gente del teatro que quedan hablando afuera de la entrada cuando saco a Kubrick tarde y abrigada.
No estaban, ni en enero o febrero.
Ahora me doy cuenta de que de una manera había extrañado justamente eso.

El viento tiene frío y la ducha es un especie de abrigo.
Hay siete hojas amarillas en cada árbol y la gente emepezaron a tomar chocolatadas calientes.
Yo también.

Karolina sigue en verano con vestido, aunque en voz bajita me decía que creía que ya era la última vez.

Los que tenían que volver, volvieron.
Pero más silenciosos esta vez.
No sé porque, pero sé de silencios.

Paso bien en eso.

Luego duermo para despertarme a mismas horas con un poquito de dolor y inquietud.
No quiero saltar de camas.
Por eso tomo calmas y empiezo a contar las ovejas mejor.

Y de golpe se asoma un mañana que es con cielo azúl profundo y quien no quiere meterse en eso.
Por más sueño que sientes.

También dicen por ahí que parece que hay que ver La grande Belleza.

Ahora la panza llena de golosinas suecas y una sobra de torta de manzana hecha por padre.

Son días lindas.
Más las noches.
Tranquilas.
Con mesa y personas importantes al rededor.
Compartiendo.
Escuchando.
Contando.

Querer quedarse.
Preferir esto antes de lo otro es muy lindo.

Suave.
Nos tocamos.
Y con mucho cuidado.
Respeto.

Monday, 17 March 2014

En calor al final del verano

Como explicar eso de las siestas en tres distintas camas.
Y la calma.
Que hay.
En justamente eso.
Un sábado por la tarde mientras que los chicos miran Frozen y hablan en voz bajito.

Para después confrontarse con el tercer mozo que te trata mal pero con respeto.
Si es.
Que eso existe.

Ella y ella habla de amor.
Y amor.

Vos, escuchas.
Mientras y durante.

Después cantamos.
Entre prepizzas caseras y esas batatas.
Ella embarazada hermosamente, el en Ecuador y el otro en el sur.
Su sur.

Nosotras seguimos cantando.

No hay baile africano.
Hay viento helado.
La de Bléfari y la nórdica también.

O eso por lo menos nos hace sentir.

Es lunes y creo que no hubo mejor manera de empezar esta semana.


domingo

Ella y desde su Tanzania en ese Àfrica léjano habla de Julio Iglesias y cuenta que esa canción siempre la hace llorar.
Nuestra madre.
Nuestra infancia.

Y hablamos de esas otras canciones.
Que nos marcaron.
Que siguen con significados y importancias.

Las que vamos a seguir cantando.
En secreto y silenciosamente.

Y esa otra.

También cuenta de las vidas allá.
Del otro concepto de vida.
Los pensamientos que tienen.
Que valor tiene esto, lo otro.

Pronto vamos a visitar ese mundo.
Compartirlo.
Aunque sea desde un frasco de vidrio.
Algo va a ser.

Luego.

Hablamos con el, nuestro padre.
Que mañana sube a tomar un avión que lo va a llevar a nuestros lados.
Donde esta por venir un otoño que se muestra más en los arboles que en las temperaturas.
Hay más colores que buzos.
Es bastante justo.

También hay tallarines familiares con hermanos, sobrinos, una Daniela y alemanes aventureros con 1000 partos y un perder un avión en Frankfurt.
Torta y helado.

Es volver atrás pero para adelante.
De siete maneras.

Monte Grande en sol fue otro tanda de estos días.







Thursday, 13 March 2014

Casar una mariposa

Tenía 27 años y pensé que tal vez era un poquito inmadura.
Por mis pensamientos y por todas esas cosas que se cruzaban por mi cabeza.
Por las cosas que hacia.
Que hago.
Sin pensar.
Muchas veces.
Es más la intuición.
Los sentimientos.
Más que lo racional.
Lo que debería.
Y que eso aveces.
Asusta.
Pero sigo.
Por ese camino angosto, pero lleno de senderos escondidos.
Rincones secretos.
Silenciosos pero lleno de emociones.
Que me llevan derecho a izquierdas y derechos.
A pozos, ríos y valles.

Mosquitos que pican.

Se rompe mi computadora vieja.
Mi computadora de mi vida hasta ahora.
Que es grave y nada grave en el mismo tiempo.

Pienso en todas las fotos.
Las fotos.
Pero que lo importantísimo lo llevo a lado de mi corazón y adentro de las costillas.
Al fondo de todo.
Que es la piel de la nada.
Todo.

Y cuando vuelvo a casa.
Casí tarde.
Quiero darle una última oportunidad.
Como por las dudas.
Y es alli, cuando arranca.
Como si no hubiese pasado nada.
De nada.
Un milagro.

Tal vez necesitaba un descanso nomas.

Y que Vicky cocinó pasta carbonara.
Me esperaba con todo eso.
Y cuanto eso es.
Para mí.
Para ella.
Para las dos.

Felicidad en trigo, madera y tinto.
Tán simple como eso.
El amor.
En cacerolas.

Será por eso que me animé a confrontarme a mis veredas.
Volver a que sean mías.
Y que pasara justo lo que quiera que pasara.
Ver y no ver.
Lo que quería ver.
Lo que estaba preparada a ver.
Esto no, esto si.

Que es un poquito el que es un niño.
Sonrisa de niño.
Pero que me puede.
Justa mente por eso.
Porque parece ser honesto.
La boca.

No importa lo otro.

Pero yo sentí que los tenia en mis manos.
Hoy.
Esas veredas.

Mañana no se muy bien.
Que hay.
Que espera.
Espero.

Pero que esto y así.
Es suficiente.

Wednesday, 12 March 2014

Tuesday, 11 March 2014

Los veo en el sol

Muevo pedacitos de pedazos.
Acomodo.
Trato de quitar lo no necesario.
Reemplazarlo por nada.

No apilar.
Depilar.

Tirar.
Cambiar.

Y hoy fue mi primer clase de baile afro.
Parece un otro universo.
Lejano del lugar físico y real.
Así como la calle, los 29 es y los paredes frías.
Allí pasan otras cosas.
Con esas tonadas que salen de esos instrumentos.

Y las energías de todos ellos.

Darme un poquito de cuenta de que lejos que estoy de mi cuerpo.
Esa falta de sincronización.
De escucharnos.
Manos, hombros y rodillas con.
Cabeza, cadena y dedos.

Mi equipo.
Creo que tengo que engrasarlos, nos un poco.
Ensuciar.
Para luego, aflojar.
Para conectar.

También volvió Gastón.
Con un nuevo look.
Y que fue harmonioso verlo de nuevo.

Constantemente estos circulaciones de personas.
Van y vienen.
Ida y vuelta.
Uno se va, el otro vuelve.

Su chico se va a Ecuador y ella se resfría.
Intercambian libro por una planta de palta.
Es un trato.
Es un significado.
Para ellos y en su mundo.

En mi mundo por fin creí mi lugar.
Allí arriba y entre mis cosas.
Mi rincón.
Mi dónde estar protegida.
Es mucho más liviano.
Es lujo.

Cuanto tardé en darme cuenta de lo que andaba buscando.
Ahora lo tengo y no quiero que se vaya a ningún lugar.
Soy yo, la que me tengo que ir.

Volver a escuchar a Santiago después de tanto tiempo también.

Caminar muy dormida por calles en su justas medidas.
Tomar cafés con últimas gotas de verano en el sol.
Despertarse con frío.
Saludar gente nueva.
Filosofar con ellos.
Especialmente con Raúl.

Monday, 10 March 2014

Cosas de Frida

Leaving is not enough. You must stay gone. 
Train your heart like a dog. 
Change the locks even on the house he’s never visited. 
You lucky, lucky girl. 
You have an apartment just your size. A bathtub full of tea. 
A heart the size of Arizona, but not nearly so arid. 
Don’t wish away your cracked past, your crooked toes, your problems are papier mache puppets you made or bought because the vendor at the market was so compelling you just had to have them. 
You had to have him. And you did. 
And now you pull down the bridge between your houses, you make him call before he visits, you take a lover for granted, you take a lover who looks at you like maybe you are magic. 
Make the first bottle you consume in this place a relic. 
Place it on whatever altar you fashion with a knife and five cranberries. 
Don’t lose too much weight. Stupid girls are always trying to disappear as revenge. 
And you are not stupid. 
You loved a man with more hands than a parade of beggars, and here you stand. 
Heart like a four-poster bed. Heart like a canvas. 
Heart leaking something so strong they can smell it in the street.


        Frida Kahlo

Tuesday, 4 March 2014

No sabes cuál es tu horario o cuál va a ser tu próximo estación.
Ahora, eso es paz y tranquilidad.
El no saber.

Tal vez es la misma paz que el decía que veía en tus ojos.
La que yo no puedo ver.
Tal vez es esa otra paz que encontrás en el tren rojo en algún lugar entre Carapachay y Grand Bourg.

Después descubres que el silencio al final queda en una siesta en el pasto verde y en la palma de su mano.

Por lo menos estos días es así.
Aunque vos no puedes sacar el mar de tu mente.

Llegando a Marzo.
Atropellando Marzo.
Pateando un poco.
Porque quieres otoño, pero falta un poco de verano todavía.